Como espiga antes de granar segada,
    así las Parcas de tu vida el hilo
    han cortado. La luz de tu pabilo,
    apenas encendida y ya amatada, 

         nos alumbrará desde tu morada.
    Nuestro ánimo estará ya siempre en vilo;
    no hallaremos el reposo tranquilo;
    nuestra paz ha quedado perturbada.

         Loaremos de ti preclaras virtudes
    que estuvieron tu persona adornando.
    En tu materia ya no hay magnitudes

         que vayan tu excelsitud pregonando,
    pues son innúmeras las inquietudes
    en que a todos has sumido, Fernando. 

                          Jesús Lucerón López.

 

        Presentación (fotos)

        Escritos de alumnos